Esta pregunta nos la hemos hecho varias veces en el estudio y os vamos a dar nuestra opinión, desde la experiencia vivida como ingeniería en los últimos años.
En las últimas viviendas que hemos diseñado, los clientes nos han preguntado si les recomendaríamos instalar domótica en sus viviendas. La respuesta siempre suele ser la misma:
¿Qué quieres realmente controlar?
En la mayoría de los casos, suelen responder que les gustaría controlar la calefacción, algunas escenas de iluminación y, en aquellos casos en los que tienen jardín, el riego del mismo. En muy pocas ocasiones el cliente quiere una vivienda totalmente domotizada, pues para conseguir una vivienda con nivel alto de control domótico, debemos tener en cuenta varios factores como los siguientes:
- Elevada inversión inicial.
- Necesidad de espacio adicional al cuadro general de baja tensión de la vivienda.
- Controladores adaptados a las necesidades de cada cliente.
- Pantalla con interface intuitiva.
- Programación sencilla de todas las variables.
Con mucha frecuencia, nos hemos encontrado que la inversión completa para controlar todas las instalaciones de una vivienda ha supuesto el 15% del total de la obra, siendo un gasto muy importante y que se debe diseñar cuidadosamente y siempre de la mano del fabricante.
Junto a lo anterior, uno de los principales “rivales” que pensamos pueden suponer el fin de la domótica como la conocemos actualmente es lo que se conoce como:
Internet de las cosas
Estamos observando que los fabricantes de electrodomésticos, mecanismos eléctricos, climatización-calefacción, accesos, etc., están sacando al mercado elementos que se controlan simplemente conectándolos a la red wifi de la vivienda, sin necesidades de cableado adicional ni controlador alguno y fácilmente accesibles desde la app del fabricante.
Un ejemplo podría ser el videoportero de Legrand-Bticino, que permite responder a la llamada desde cualquier lugar (fuera de la vivienda), así como ver a la persona que está llamando a la vivienda, todo esto desde tu propio móvil. Otro ejemplo podrían ser los electrodomésticos inteligentes de Bosch, que mediante la app del fabricante nos permiten interactuar con todos ellos.
El “Internet de las cosas” presenta una multitud de ventajas, como la comentada no necesidad de cableado, flexibilidad, accesibilidad, etc., pero también encontramos algunas desventajas, como por ejemplo:
- Elevado precio de los elementos “inteligentes”, superando el precio de un elemento similar no conectado hasta en un 50% más, según casos.
- Multitud de APP’s diferentes para controlar todas las instalaciones deseadas. Por ejemplo, podríamos encontrarnos que disponemos de una app para controlar los electrodomésticos, otra app diferente para controlar la iluminación, una distinta para controlar los accesos, otra para la calefacción… Esto haría que el sistema no fuera muy cómodo desde el punto de vista del usuario.
- Una de las mayores desventajas es que dependemos de que el WIFI no falle nunca para poder controlar las instalaciones deseadas y, aunque actualmente las redes de telecomunicaciones son muy estables, siempre puede haber excepciones.
Con todo esto, pensamos que la domótica está experimentando un giro hacia el “INTERNET DE LAS COSAS”, giro que terminará de concretarse cuando los precios se ajusten un poco y podamos centralizar todos los elementos de nuestro hogar con un única app.
En este vídeo, te contamos más al respecto.